jueves, 1 de agosto de 2013

Aniversaurio

ILa vida del investigador siempre ha sido difícil, y cada vez lo es más debido a los actuales cambios socioeconómicos dirigidos a la reducción de inversión en I+D+i, o lo que es igual; la creciente aparición de -I-D-i (menos investigación, menos desarrollo, menos innovación).

Sin embargo, la vocación científica sigue existiendo, como es el ejemplo de arqueólogos y paleontólogos que entregan su vida al descubrimiento. Por supuesto, no son pocos los que se rinden antes de realizar contribuciones importantes a esta ciencia. A pesar del enorme sacrificio que requiere esta vida, los frutos de tal amor no hacen sino engrandecer la humanidad.

Gracias a estos investigadores, se sabe que no todos los dinos se extinguieron épocas atrás: es el caso de los aniversaurios. Estos seres, comúnmente creídos extintos, son el tan ansiado fruto de aquellas parejas de exploradores capaces de entregarse mutuamente para hallar juntos este pequeño saurio cuyo hábitat es el corazón de sus descubridores. Ellos, como buenos científicos, entran en deseos de encontrar más y más especies año tras año. 

Así es como el corazón de algunos afortunados se va llenando de felicidad y plenitud; criando juntos todo un zoo de aniversaurios, lo que requiere una dedicación plena. Desde aquí doy mi más sincera enhorabuena a aquellas parejas de investigadores que llevan la vida entera encontrando estos saurios y animo a los jóvenes investigadores a encontrar a sus compañeros perfectos con los que comenzar a capturarlos, y jamás soltarlos.

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